Cuantas veces hemos oído esta frase de boca de nuestras madres.
Ya hablamos una vez de que nuestra madres se fijaban hasta el último detalle, que si el lazo no es del mismo color, que los zapatos ya le están pequeños, que las braguitas a la niña ya están feas.....
No es justo si no decimos que también cuando los llevamos estupendos son las primeras que se les llena una cara de orgullo, que incluso se les ilumina la mirada.
Bueno pues nuestro pequeño bebé de la tienda, al que hemos bautizado como Pepo, ha crecido, y ya no lo tenemos con nuestro faldón Otoman.
Mirad que mono está, y por supuesto le hemos puesto esta capotita para que no pase nada, pero que nada de frío.
La capota que lleva Pepo esta hecha a mano, con mucho mimo, y es de color gris. Pero tenemos muchas más y en varias colores.
Además, las que ya nos vais conociendo sabéis que nos gustan los retos. Así que, si os gusta un color en particular y no lo tenemos, sabéis que os la podemos hacer.
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