Es una noche que da igual la edad que tengas, cuando te levantas te sigues tropezando con todo y casi aún no puedes abrir los ojos esperando a ver lo que te han traído.
Aunque realmente empieza el día de antes, hay que ir a la cabalgata a ver como llegan y ves los camellos cargados de regalos y piensas:
- cuál de todos esos será el mío?
Y te vas a casa con esa mezcla de nervios e ilusión tan difícil se explicar.
Y luego, el ritual de dejar los zapatos junto al árbol, comida para los camellos y un poco de vino y turrón para sus majestades, ya que vienen de muy lejos!
Aunque ahora resulta que ya no vienen de Oriente sino de Andalucía...
Leyendo sobre eso el otro día, el escritor se hacía una reflexión:
Os imagináis que los tres reyes magos fuesen tres mujeres sabias?
Habrían preguntado la dirección en lugar de seguir la estrella, habrían llegado a tiempo de ver nacer a Jesús, hubieran aseado el establo y hubieran traído regalos prácticos como pañales, biberones, ropa de bebe...
Razón no le falta, y seguro que si alguna fuese de Valencia, nos hubiera elegido para no fallar en el regalo.
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